ANTES DE EMPEZAR.
Hace 20 años regalé a mi hijo Alejandro un ordenador por su comunión: era un Ataris, como un juguete caro. Pensé que tenía que estar al día. Y ¡vaya si se puso al día! Él solito fue avanzando… hoy, para mí, es un personaje.
Pero y ¿yo?, tardé en comprenderlo, incluso hubo fricciones serias; llegué a odiar todo “…eso de Internet, que es una comedura de coco y una pérdida de tiempo…” y hoy heme aquí, delante de esto que se llama Blog y no sé muy bien hasta dónde me llevará. ¡Lo que he evolucionado!... ¿Qué pasará dentro de otros 20 años?
De momento, lo primero: gracias Alejandro por todo lo que me has enseñado y la paciencia que has tenido conmigo, intentaré aprovechar esta nueva “herramienta” que me has regalado y ojala sirva para algo.